Resulta al menos
curioso que el culebrón del caso Fariña-Rossi haya estallado a pocos días del denominado
“18 A”, fecha en la cual los sectores medios argentinos, que más abiertamente
manifiestan su odio al gobierno nacional, establecieron como jornada “cívica”
para manifestarse por las calles de la ciudad autónoma de Buenos Aires.
El clima de
efervescencia va “in crescendo” en la medida que se hace un recorrido por las
redes sociales. Desde hace por lo menos un mes los organizadores, supuestos
autoconvocados que exigen libertad sin banderías políticas, trabajan
minuciosamente en la organización del evento. Así se pueden leer mensajes de
este tenor: “Ale Tobar ?@tobar_ale12h #18A #YoVoy porque está en juego nuestra
VIDA física y nuestra LIBERTAD”, o bien enunciados de este tipo: “#18AYoSiVoy
?@18A_Noticias 15 abr #DineroK, LaCorrupcionMata #18ª, #ONCE, #LAPLATA, #18A
Cacerolazo contra Cristina Kirchner en todo el país, #18A A las 20hs en todo el
país”. Los hay más agresivos e insultantes, pero con sentido moralizador o de
ánimo de escarmiento a un supuesto gobierno que hace aguas por todos lados.
Si algo
necesitaba ese conglomerado humano para fogonear el ánimo de la tropa, era
precisamente un hecho de corrupción de alto impacto. Las denuncias de Leonardo
Fariña, un pibe de origen humilde que trepó meteóricamente en el jet set
porteño, alentaron las expectativas del conjunto opositor que conforman los
caceroleros. Sin embargo, bastaron algunas recorridas de Fariña por los medios
de alcance nacional para que su relato se constituyera en “inverosímil”. Es
decir en poco serio.
De Fariña, poco
se sabe. Apenas que es oriundo de La Plata, que estudió en el prestigioso
Colegio Nacional que depende de la Universidad Nacional de esa ciudad. Que se
habría graduado como contador en la UNLP. Que tiene un hijo del cual,
inteligentemente y para proteger su seguridad, no ha hablado. Que había
desparecido de la ciudad y que luego de un año apareció forrado en dinero para
ayudar a la criatura. Que ayudo a la madre del pequeño cediéndole el automóvil
de escaso valor del cual hablaron los informes periodísticos. Que era básicamente
un buen tipo, del que nadie imaginaba que iba a irrumpir en escena casándose
con la modelo Karina Jelinek y ostentando tanta riqueza.
Sea como fuere
su perfil denota cierta necesidad, o complejo de megalomanía, que pone en dudas
la veracidad de la historia que narra. En síntesis: que es poco creíble que él
haya sido el nexo en la ruta del lavado de dinero. Si Fariña necesitaba algo
para continuar trascendiendo en el mundo de la farándula, lo consiguió a un
bajo precio, pues en medio de un relato que debería inspirar preocupación por
los niveles de corrupción de los cuales da cuenta, los ejes fueron pasando
desde su origen social, a la situación sentimental con Jelinek, concluyendo en
la relación con Fabián Rossi, el marido de “La Calabró”. Todos coinciden en que
el periodista Jorge Lanata quedó pedaleando, aunque él anticipa que está
documentado y tiene más para ofrecer el domingo.
En ese marco, en
el que un sector de la prensa cuestiona el accionar de la justicia por no haber
tomado cartas en el asunto, el insumo para continuar acicateando el clima de
rencor parece ser el “proyecto para democratizar la justicia”. Si algo
necesitaba el “18 A”, para corroborar que la inacción de los magistrados tiene
que ver con el control del gobierno sobre ella, es este caso. El mismo viene a
confirmar que para continuar lavando cuantiosas sumas de dinero se necesita
acceder al aparato gubernamental, tener mayoría en las cámaras y ascendencia en
la justicia. Conclusión: es lo que pretende el gobierno nacional. Es decir: el
escenario o la bandera justa que reclaman los organizadores de la marcha.
Cuando este
jueves los manifestantes del “18 A” marchen por las calles de la CABA, habrá
que ver qué consignas rezan en los estandartes. ¿Serán las de: “por una
profundización en la distribución equitativa del ingreso”, “por más
democracia”, “por más educación pública y de calidad”, “por el sostenimiento
del mercado interno”, “por más modelo de desarrollo industrial”, “por más
inclusión”? ¿O simplemente serán las viejas consignas de la revancha clasista?
2 Comentarios
“Sé que hubo un playboy que habló no sé en qué condiciones pero la verdad es que no conozco el caso. Tengo un rechazo visceral a todo lo que sea Lanata. Prefiero no verlo.”
ResponderEliminarHoracio Verbitsky en el programa radial de Gustavo Silvestre.
Saludos
Ja muy buena definición del Horacio Verbitsky. No es saludable ver ese programa, pero es necesario para saber por dónde va a ir la agenda informativa de la semana. Fijate que la impuso con nada. A eso se le llama construir la realidad. Un abrazo.
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